1) Civilidad: Los chilenos somos civilizados. Digo esto en el sentido preciso (filosófico, diríase) de la palabra. Somos gente que se interesa genuinamente por el devenir de nuestra sociedad. Los reclamos acerca del país e incluso los reclamos sobre lo reclamones que somos los chilenos, denotan tácitamente que para bien o para mal los chilenos dedicamos una parte significativa del disco duro a “pensar nuestro país.” Esto es un capital enorme muchas veces menospreciado en la conciencia colectiva. Sus orígenes son inciertos para mí. Creo posible, siguiendo discusiones de los Federalist Papers, que tengan relación con el tamaño relativamente pequeño de nuestra nación. Mientras los países grandes disfrutan de mayor peso geopolítico y militar, sufren a su vez la alienación representativa de sus ciudadanos. Es mucho más difícil representar 300 millones de tigretones que 15. En consecuencia, en países como EEUU o Brasil el individuo común siente una impotencia absoluta para canalizar políticamente sus inquietudes, o siquiera influir el curso de la nación. Esto termina aniquilando inevitablemente cualquier sentido de civilidad. En EEUU sólo el 40% de la población asiste a las urnas para las elecciones presidenciales y nadie sabe ni habla del estado del país. Por suerte Chile no es así. En ocasiones hablamos muchas pelotudeces respecto de nuestro país, pero thank God hablamos.
2) Candidez: En general los chilenos somos cálidos, bondadosos y hospitalarios, sin máscaras ni intenciones escondidas. Este rasgo es probablemente heredado de nuestras raíces latinas y en mayor o menor medida compartido con casi todos los países latinoamericanos. Sin embargo, habitualmente pasa desapercibido para nosotros por carencia de contraste. Cuando uno se sumerge en culturas más “nórdicas” (e.g. la cultura anglosajona) uno siente una cierta formalidad en las relaciones humanas que fácilmente lo desorienta. En estas culturas la gente es amigable no siempre porque realmente estén abiertos a compartir a un nivel más íntimo sino por mera formalidad. Esto hace las relaciones humanas más trabadas y proclives al “second-guessing”—i.e. esas elucubraciones respecto de las intenciones del otro y los límites de la relación. Los chilenos en cambio somos más cándidos y fáciles de leer. Demostramos cariño y repudio bastante rápido y sin agenda. En mi opinión esto es una ventaja pues permite que las relaciones sociales fluyan de una manera más eficiente y confortable. Y cuando las cosas andan bien, las relaciones son idílicas. Para robar una expresión de mi tío abuelo José María, a los chilenos nos gusta vivir pegoteados, nadando en una mermelada de genuino afecto de unos por otros.
3) Nicanor Parra: Este personaje de la fauna chilena es sin duda encomiable. Y no digo esto porque sea un poeta famoso; de hecho, no soy demasiado adepto a la poesía en general. Nicanor es matemático, físico, poeta, pensador, y todo esto sin el menor afán de figurar, alejado de las loas protocolares y, en general, alejado del mundanal ruido. Es una mente curiosa, un enamorado del mundo, un hombre que aún conserva la capacidad de maravillarse. Y lo más importante, Nicanor es un producto de la clase media chilena. Es un cliché en la historiografía chilena que la clase media es y ha sido el motor de la nación. Pero no por eso es menos cierto. Mi idea del chileno de clase media es la de un individuo astuto, proactivo y con una visión leonardiana de sí mismo. Este ideal yace en las fundaciones mismas de la Universidad de Chile cuya misión histórica ha sido la de canalizar este flujo de talento desde la clase media. Chile está lleno de gente inteligente. Y no digo esto por ser chileno—he demostrado que la crítica me sale fácil cuando se amerita. En comparación a otros países de los cuales he tenido experiencia, creo que la clase media chilena produce una proporción notable de talento intelectual. No es que las clases altas en Chile no produzcan talento intelectual; de hecho lo hacen. Pero eso pasa en todos los países; el extraordinario aporte de la clases media es lo que hace la diferencia. No creo que esto tenga que ver con nuestros genes, pues éstos son bastante parecidos a los de muchos países Sudamericanos. Tiendo a pensar que es un patrón cultural que responde a ciertas sutilezas de nuestra chilena concepción del ser humano y su valor. No tengo idea cómo, pero dentro de lo posible deberíamos intentar heredar esta visión a las futuras generaciones.
4) Infraestructura Vial: Siempre me sorprendo a mí mismo, no sin alguna vergüenza, vendiendo la infraestructura vial chilena a extranjeros que se cruzan en mi camino. En la 1era parte de este post, repudiaba el transporte público en Santiago. Para ser justo debo ahora resaltar el transporte privado. Es bien sabido que la Concertación no es santo de mi devoción. Sin embargo, un aspecto de los gobiernos de la Concertación que merece ser resaltado es el enorme desarrollo vial que ha experimentado el país. No es sólo que hayan muchas y buenas carreteras en Santiago (como también en el resto del país) sino que el sistema vial en su conjunto está bien organizado. Esto va desde la cantidad y calidad de vías, hasta el sistema de cobros, las vías reversibles y el aceptable costo urbano de las soluciones adoptadas. Habiendo vivido la mayor parte de mi vida en la Rotonda Quilín, nunca se me pasó remotamente por la cabeza que algún día podría llegar manejando a Huechuraba (ya sea para ir al Parque del Recuerdo, o a visitar al Tigre) en 20 minutos.
5) Mi gente: Finalmente el lazo más fuerte que me ata a Chile es que la mayor parte de la gente que más quiero en el mundo vive en Chile y seguirá haciéndolo. Esto no es una consideración que pueda servir como razón tout court para querer a Chile pues tiene un carácter esencialmente personal. Pero mi motivación para escribir este post eran las razones que yo tengo para querer y odiar a Chile; es sobre mi relación de amor y odio con este concepto abstracto que es el país de uno. Y este concepto abstracto se vuelve concreto y palpable en la gente, no como masa informe de individuos sino como personajes particulares de carne y hueso. Yo soy un tipo querendón y emotivo, y no me resulta fácil vivir lejos de la gente que quiero. Mis razones para vivir en el extranjero son profesionales. Si no fuese por esto, sin dudas estaría en Chile con los míos. A pesar de mi visión crítica de mi país, cargo y cargaré mi autoexilio como una cruz, sin orgullo ni pretensión.
7 comentarios:
Pulento Dr. Coolnes, buenísima contrapatada al primer post del mismo nombre. Nicanor Parra... Notable!
Gracias profesor Medina. No sé si vio q finalmente comenté su post. Disculpe la demora pero con tanto ajetreo y como no fue posteado a la cabecera no me percaté. Gran aporte.
Me gustó mucho su post profesor Bulnes. sin duda alguna, un punto alto dentro de los PCs. me agrada como está escrito, buen ritmo tb. es un aporte el hecho q sea especular al doble opuesto.
y bueno, Nicanor es un ejemplo del chileno π-chulero: como olvidar la exposición de la Telefónica, donde el tigretón Parra escribió en cada uno de los platos de cartón "π co pal q lee".
debo reconocer mi sesgo hacia los comentarios positivos hacia mi patria y mi gente, pero no por eso no voy a dejar de hacerlo notar: me gustó leerlo escribir así.
un abrazo
Ya leí esta segunda parte, me pareció bastante pulento el hecho de la simetría entre ambas visiones y sin duda la particularidad de un Chile propio del Dr. Bull-Ness, no puede sino ser interesante. Comentaré un poco mas in extenso pronto.
NaCl-U2 PCs
Me encantó su lista. Bien escrita y de fácil lectura. Debo reconocer que me adhiero a la lista en su totalidad. Será quizás que está escrita desde lejos, que fue capaz de generarme una nostalgia por un Chile que aun tengo cercano. Por otro lado es refrescante ver el país a través de los ojos de alguien que puede observarlo desde la distancia y compararlo con el primer mundo. Se agradece la visión, porque ayuda a revalorar lo que no se ha perdido. wen post.
Gracias a todos por tan alentadores comentarios. Me dan especial satisfacción los comentarios sobre el rito de la prosa y la simpleza con q está escrito ya q éstos reflejan un balance q muchas veces me cuesta encontrar.
Abrazos PCs.
Estimado Profesor Bull-Ness, Efectivamente, como lo había dicho ya, la breve, pero no por eso imprecisa y menos importante, descripción de su particular Chile amado resultó más que interesante. Es bien cierto que está facil de leer y entretenido y quizás por eso resulte sorprendente de buenas a primeras. Me gustó mucho y me sentí identificado además con dos de los puntos que se nombraron. Comparto la idea de cierta transparencia cándida que aún permanece en nuestro insular Chile, y que en la mayoría de los casos, diría yo, ocurre que no hay segundas lecturas ni segundas intenciones en la gente, cuando conoce o trata más gente, y eso, como Ud. bien lo dijo, no ocurre con la gente anglosajona en general.
El Otro punto es sobre Nicanor Parra, como ejemplo del aporte de la clase media, en su amplia gama, a los distintos ámbitos de la cultura. Prefiero no expandirme sobre esto, ya que irremediablemente derivaré en un argumento político, que no viene al caso en estre preciso momento.
Buena segunda parte, Un Abrazo Matías.
Abrazos PCs.
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