jueves, 30 de abril de 2009

Momentos

1
“Tanto tiempo sin verte” dijo él.
Las tinieblas respondieron con un suspiro verde.
“Me alegro que tengamos esta conversación, después de 15 años había tanto que quería descolgarme del pecho.”
La silla cubierta por la penumbra se mantuvo queda, ni un respiro se sintió hasta que él volvió a interrumpir.
“Verás, yo sé que lo nuestro tuvo su momento. Pero quiero que sepas que jamás sentí así, nunca antes y nunca después. Para mí fue en lo único en lo que he creído ciegamente.”
Aún así, no hubo respuesta.
“Yo no sé si entiendo los errores que nos llevaron al fracaso, algunos quizás. Pero entiendo que tenía que pasar. No por destino, sino que por predestinación, predisposición, lo mismo. Pero te perdí, y todo fue un océano frío y azul. Después de eso la vida se me hizo transparente. Sólo podía mirar, observar y robarme lo que inevitablemente igual se perdería.”
Cerró los ojos y se sintió solo. Sonrió con esa mueca burlona que usaba para sobrevivir. Volvió a hablar.
“Pero más allá de los miedos, los dolores, las rabias y las decepciones” suspiró “quiero que sepas con toda certeza que en esta vida por un momento, fuiste lo más importante del mundo para alguien. Más que su propia vida.”
Con los ojos cerrados a oscuras en una estrecha cocina, él enfrentaba una minúscula luna a través de la ventana. La cocina lo rodeaba vacía y fría de azulejos. Se reclinó hacia atrás y se cubrió la cara.

2
Iba caminando por la noche. Fue al cruzar de una vereda a otra, que al mirar hacia la calle vi un gato negro parado justo en el medio. Instintivamente le maullé. El gato de sombra giró la cabeza. Sus ojos eran espejos verdes perfectamente redondos. Espejos que reflejaban toda la luz de la noche. Sonreí y le dije “¿Qué haces ahí?, te pueden atropellar”. Con displicencia el gato giró la cabeza. La ironía me respondió telepáticamente, “¿O es que estás creando accidentes?” El gato me ignoraba, seguí caminando. Al rato y por la espalda oí el choque.

3
Y bien, ¿qué se le iba a hacer? Todo era una mierda revuelta y no había mucha solución. “Empujar pa’ adelante es lo que hace que desagüe el water”, le había dicho un plomero una vez. La media cagadita. Pero ya no había mucho que hacer, excepto poner la cara. O salir arrancando, pero abandonar esta vez estaba prohibido. Tenía que asumirlo, estaba arrinconado.

El verdadero problema era que él, de una manera soberana jamás se hacía ningún problema. Pero eso era él. Se había acostumbrado a un mundo obseso y paranoico que enfrentaba sus opiniones con una necrofobia que, hasta donde daba su juicio era sólo histeria insustancial. La otra opinión decía que él era “un concha de su madre insensible de la puta”, como muy elocuentemente lo había descrito hace tiempo una ex novia. Se lo había planteado varias veces. Intuía cierto descontrol en su absoluta e incólume falta de descontrol. Pero a la chucha con el resto. Él era un huevón cerebral, ¿¡y qué!? Mierda, chequeo de realidad, volvamos al queso.

Sangre asperjada de manera universal, como una especie de explosión roja marcando terreno. El pendejo en el suelo boqueando sin boca, la mandíbula del pendejo regada por el living. ¿Cómo mierda fue que se puso a jugar con eso? El lugar parecía Hiroshima. Todo por todos lados. Lo peor es que sólo iba a ser media hora y los treinta minutos ni siquiera se habían cumplido. Esto era el primer y sin duda el último acto de responsabilidad que ella le confiaría en su vida. Si es que además no lo mataba. Pendejo de mierda, media cagada que dejó.

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9 comentarios:

Hans dijo...

Me not entendiendo yet...
pero ya el comment...
te fuiste en la volá Pezz...

pez dijo...

son tres momentos. cada uno independiente del otro, nada más.
saludos

Hans dijo...

Si eso lo entendí perfectamente, tan hueon no soy Professor Pezz..jaja.
Pero aùn así no me siento como pa llegar y comentar, todavía.
Hans.

noib dijo...

Interesante relato profesor Pez. lo primero q se me viene a la cabeza es obviamente la Enciclopedia Délfica. Me gustan los relatos en fragmentos, porq la historia se hilvana finalmente en la cabeza; es como una especie de Gestalt literaria, o bien como algunos cuadros (e.g.impresionistas), q se terminan cuando se observan.
aún cuando Ud. insista (en conversaciones con el autor) en q no hay una conciente concección entre los tres relatos, hay, según mi parecer, una historia q se deja entrever. Y en este caso particular, lo asocio con un relato q parte por el final y termina con el comienzo, pasando por un minimomento poético.
al respecto del primer cuento, me gusta mucho q el diálogo se en realidad un monólogo. le da la atmósfera necesaria para q ésta se construya en su dimensión oscura.

me parece un excelente cuento Maurizio. me guustó a lot, y me gusta tb. q juegue.

saludazos

Hans dijo...

Ya...ahora sí. Me parecieron excelentes sus momentos Prof. Pezz. Bien obscuros y extraños en cierta medida... por eso que me contó un poco al principio. Traté de encontrarle la conexión y, a diferencia de Major Tom, no la encontré, pero me parece bien que sea así... hay varios ejemplos, sobre todo en la plástica, de obras compuestas por eslabones no relacionados entre sí, pero que siguen formando una unidad artística interesante.
Buena idea y buen trabajo Pezz... un gustó total.
Abrazos PCs.

pez dijo...

Señores, costó que comentaran. Pero bueno estaba tan revuelto el asunto que no me sorprende. Yo creo que si hay algún hilo entre los tres relatos es que los tres ocurren dentro de la cabeza del protagonista. La idea de pequeñas polaroid literarias de momentos en el tiempo, pero que no ocurren afuera, sino adentro me atrae hace mucho. La idea pasaba más por un relato subjetivo donde el paseo es por dentro del espacio que ocurre en ciertas situaciones. Y por supuesto, al leerlos de nuevo es inevitable ver como percola cierta intimidad. En algún momento pensé que no era claro que eran momentos separados y sin conexión de relato, como le comente a hans, pero despues ver que a pesar de la intención el lector saca sus propias conclusiones es aún más entretenido. En fin un abrazo y gracias por los comentarios. Nos leemos PCs. pez

Sirkonio dijo...

Don Pez: Excelente trabajo, aunque tuve que leerlos por separados para lograr apreciarlos bien. Coincido con Hans en que no vi la conexión. Tal vez entre el primero y el último, si le hago caso a Tom, pero aún así, me supera. El del gato, lo encuentro fenomenal. Mi favorito. Me gustó la ironía felina de los pensamientos. Sin duda es usted un adicto a los (las?) felinos. El último fue el que, irónicamente, me dejó con más gusto a poco. Puede que me haya faltado un poco más de desarrollo del problema más que del personaje, o no lo capté bien. Pero raya para la suma, me gustó su trabajo. Saludos PCs.

Matias Bulnes dijo...

Buen trabajo. Proyecta algo difuso, como quería el profe Pez. Al mismo tiempo me pareció bien escrito. Creo q Pez fue exitoso en transmitir una sensación de subjetividad, casi de intimidad. Al menos a mi, sí me dio una sensación de "train of thought" y quizá de alienación. Por esto mismo, adpoto una posición intermedia en el debate sobre si los 3 relatos están relacionados. Creo q sí están, pero por un hilo sútil, un hilo q pasa no por el contenido del relato sino q por la coherencia en las emociones q producen. Es cierto q el del medio es un pequeño punto donde la curva se desvía un poco pero sí creo apreciar una tendencia. Me recuerdó al "Chacotero Sentimental" (la película, por supuesto).
Buena apuesta profe Pez.

heroina dijo...

don pez:
del primero no tengo nada q decir... no me movio.
segundo: me parecio basico... siempre se le atibuye maldad a los gatos... y mas basico q sea negro
tercero: volviste.... me parecio mas tuyo. volvio la ironia hasta me causo gracia bien esscrito.
que la condesendecia no te gane.