Tropezó mentecatamente con un trozo de algo mientras trotaba por Parque Central. La sensación producida lo indujo a detenerse rápidamente; había presionado una textura blanda y desconocida. Sus ojos quedaron mudos al percatarse que había pisado una mano putrefacta. Cuando miró más arriba vio que "aquello" era un cuerpo entero semi descompuesto. Tenía rasgos de haber sido roído. Se acercó a mirar en detalle. Le pareció que había fallecido hace algunos días; quizás por el frío, quizás por la ansiedad. El rostro sabía a culpa. -No sé de qué -dijo entre dientes. Asomándose por el bolsillo izquierdo del cadáver, Pedro divisó un papel "azul-amarillo" con tinte a panfleto activista. Tenía unas siglas en inglés. Lo tomó casi sin mirar y se lo guardó en la faltriquera posterior.
Treinta y tres días después de aquel bizarro episodio, Bleiq comenzaba un nuevo día. Partió por el desayuno: sólo 1 yogurt natural con algo de cereal. Luego de pasar por la ducha, comenzó a vestirse para ir al trabajo. Buscó sus pantalones preferidos en la ropa limpia; recordaba que los había lavado en la londrimática hace algún tiempo. Cuando los encontró, se los puso inmediatamente. De manera autómata introdujo sus dedos entre las telas; con la mano derecha sacó unos elásticos, y con la izquierda sacó (con estupefacción) un papel seco, compacto y arrugado. Algo recordó, un escalofrío recorrió su cuerpo. Cogió el papel con las dos manos, y luego de estirarlo, descubrió que aún era legible. Se fue al escritorio, tomó su lapicera con tinta china, y sin pensarlo tres veces, comenzó a traducir el manuscrito:
A Lennon le gustaba NY, entre otras cosas, porque era una isla. Le maravillaba de día o de noche, tarde o temprano, con frío o calor, seco o mojado, en invierno o verano, primavera u otoño.
Nos juntábamos todos los lunes; casi siempre conversábamos del vivir, de lo poético del universo, del respirar, de lo emocionalmente adictivo que era el arte, y muy rara vez, de la industria musical. Decía que todo estaba donde tenía que estar, que no había qué temer: -¡El mundo es una solución! -concluía siempre. Al lunes siguiente lo esperé en el parque (as olhueys), pero esa tarde simplemente no llegó. Insistí semana tras semana, volviendo tozudamente al mismo lugar; esperando "algo" que no se iba a concretar nunca. Mi padre hubiese dicho que todo esto era "igualito" a cuando se estira una cuerda; si se tensa mucho, se puede cortar violentamente.
Pasaron los meses, y como era de esperar, la soga se cortó. El latigazo rompió mi antebrazo, y éste, comenzó a sangrar Chaiteninamente. Venegas gritaba, De Petris se rascaba el culo, Tellier vomitaba, Araneda se meaba, Pearl eyaculaba, Valenzuela se cagaba, González lloraba y Fernández se comía los mocos. A los diez y siete minutos la escena permutó; ahora Pérez se deleitaba con las heces de Valenzuela, Díaz lamía la fructosa de Pearl, Hernández se masajeaba el pelo con la orina de Araneda, Maluenda succionaba los dedos a De Petris, Tellier regurgitaba su propio vómito y, de manera anacrónica, Lyon introducía su miembro en el pabellón auditivo de Venegas.
Un par de horas después, el brazo menguó su sangrar, mas el caos reinante no declinó. Miré a Pearl, miré a Maluenda; parecía una escena acéfala. Bajé la mirada. De pronto apareció Carolin; me tomó la mano, con la otra sacó mi verga y se la introdujo en la boca. No dijo todo, sólo lamía. A ratos miraba como si el mundo estuviera a su alcance. Mi corazón latía fuerte, la sensación era extática. -¡Qué manera de trabajarlo; sus delicados movimientos parecen una danza lingüística celestial! -hubiese dicho Lucero. Con la mano derecha comencé a acariciarle el seno izquierdo, el pezón estaba duro; sus tetas eran maravillosas, turgentes, precisas y amables. Levanté la mirada por levantarla; sorprendido de lo que observaba, me realicé que ya no había persona alguna. En ese instante y sin quererlo, acabé en su boca. Ella no jesitió, se lo tragó al instante, y siguió lamiendo como si el universo fuera a explotar. A través de las neuronas sentía como su pezón se endurecía aún más. Quise que se levantara, pero no hizo caso. Volví a subir la mirada y seguía sin divisar ente alguno; cuando bajé la cabeza, Carolin ya no estaba. Restregué mis ojos para saber si esto era un sueño; desafortunadamente estaba muy despierto. Por un momento me sentí absolutamente perdido, especialmente en el tiempo y el espacio. Algo así como flotar en el vacío, sin saber qué es arriba y qué abajo. Alguien susurraba; la voz era familiar, aunque sonaba escotópicamente lejana. Las circunstancias eran enarboladamente imposibles: -¿Cómo puedo estar aquí y ahora? Cómo puedo estar aquí y ahora? -grité al vacío.
De un momento a otro, mi mundo perceptual se convirtió a blanco; incluyendo bigotes, manos, piernas, y testículos. Sorprendido de lo absurdo del momento, y de lo bien que me sentía, pensaba una y otra vez: -¿Será el fin, estaré muerto? ¿Serán mis estertores los causantes de todo; algo así como una severa hipoxia o francamente anoxia? Y si así fuera, no entiendo por qué Carolin, por qué tan real su belleza; sus movimientos, su conducta, sus ojos, su lengua, sus labios, su estética.
Al final, todo era insonoro, incluso mis pensamientos. -Qué shusha, esto es lejos lo más extraño que me ha sucedido, quisiera saber cómo girar -dijo mudamente mi cerebro. De pronto, todo comenzó a oscurecer hasta quedar sólo un pequeño haz de luz, como de túnel; duró un segundo, y finalmente se fue a negrohrhjdasl djksow jdjeidja. d,dejijajnfe, djeklqae;deiwo ,fhrwoihncje, crkslkjdewqñ.e jreoeiurhf iu82883ehh2upuh huei 234uh fhueiuaiuhfeiw fehSeFuefhdjfjskjdfd, jdi4j4Parafhd7r878fhlasjhNoVolver.
Manuscrito encontrado sobre el cadáver de Mark David Chapman por Pedro Bleiq, un 8 de Marzo de 1981 entre las 11:15 y 11:20 hrs. am.
Treinta y tres días después de aquel bizarro episodio, Bleiq comenzaba un nuevo día. Partió por el desayuno: sólo 1 yogurt natural con algo de cereal. Luego de pasar por la ducha, comenzó a vestirse para ir al trabajo. Buscó sus pantalones preferidos en la ropa limpia; recordaba que los había lavado en la londrimática hace algún tiempo. Cuando los encontró, se los puso inmediatamente. De manera autómata introdujo sus dedos entre las telas; con la mano derecha sacó unos elásticos, y con la izquierda sacó (con estupefacción) un papel seco, compacto y arrugado. Algo recordó, un escalofrío recorrió su cuerpo. Cogió el papel con las dos manos, y luego de estirarlo, descubrió que aún era legible. Se fue al escritorio, tomó su lapicera con tinta china, y sin pensarlo tres veces, comenzó a traducir el manuscrito:
A Lennon le gustaba NY, entre otras cosas, porque era una isla. Le maravillaba de día o de noche, tarde o temprano, con frío o calor, seco o mojado, en invierno o verano, primavera u otoño.
Nos juntábamos todos los lunes; casi siempre conversábamos del vivir, de lo poético del universo, del respirar, de lo emocionalmente adictivo que era el arte, y muy rara vez, de la industria musical. Decía que todo estaba donde tenía que estar, que no había qué temer: -¡El mundo es una solución! -concluía siempre. Al lunes siguiente lo esperé en el parque (as olhueys), pero esa tarde simplemente no llegó. Insistí semana tras semana, volviendo tozudamente al mismo lugar; esperando "algo" que no se iba a concretar nunca. Mi padre hubiese dicho que todo esto era "igualito" a cuando se estira una cuerda; si se tensa mucho, se puede cortar violentamente.
Pasaron los meses, y como era de esperar, la soga se cortó. El latigazo rompió mi antebrazo, y éste, comenzó a sangrar Chaiteninamente. Venegas gritaba, De Petris se rascaba el culo, Tellier vomitaba, Araneda se meaba, Pearl eyaculaba, Valenzuela se cagaba, González lloraba y Fernández se comía los mocos. A los diez y siete minutos la escena permutó; ahora Pérez se deleitaba con las heces de Valenzuela, Díaz lamía la fructosa de Pearl, Hernández se masajeaba el pelo con la orina de Araneda, Maluenda succionaba los dedos a De Petris, Tellier regurgitaba su propio vómito y, de manera anacrónica, Lyon introducía su miembro en el pabellón auditivo de Venegas.
Un par de horas después, el brazo menguó su sangrar, mas el caos reinante no declinó. Miré a Pearl, miré a Maluenda; parecía una escena acéfala. Bajé la mirada. De pronto apareció Carolin; me tomó la mano, con la otra sacó mi verga y se la introdujo en la boca. No dijo todo, sólo lamía. A ratos miraba como si el mundo estuviera a su alcance. Mi corazón latía fuerte, la sensación era extática. -¡Qué manera de trabajarlo; sus delicados movimientos parecen una danza lingüística celestial! -hubiese dicho Lucero. Con la mano derecha comencé a acariciarle el seno izquierdo, el pezón estaba duro; sus tetas eran maravillosas, turgentes, precisas y amables. Levanté la mirada por levantarla; sorprendido de lo que observaba, me realicé que ya no había persona alguna. En ese instante y sin quererlo, acabé en su boca. Ella no jesitió, se lo tragó al instante, y siguió lamiendo como si el universo fuera a explotar. A través de las neuronas sentía como su pezón se endurecía aún más. Quise que se levantara, pero no hizo caso. Volví a subir la mirada y seguía sin divisar ente alguno; cuando bajé la cabeza, Carolin ya no estaba. Restregué mis ojos para saber si esto era un sueño; desafortunadamente estaba muy despierto. Por un momento me sentí absolutamente perdido, especialmente en el tiempo y el espacio. Algo así como flotar en el vacío, sin saber qué es arriba y qué abajo. Alguien susurraba; la voz era familiar, aunque sonaba escotópicamente lejana. Las circunstancias eran enarboladamente imposibles: -¿Cómo puedo estar aquí y ahora? Cómo puedo estar aquí y ahora? -grité al vacío.
De un momento a otro, mi mundo perceptual se convirtió a blanco; incluyendo bigotes, manos, piernas, y testículos. Sorprendido de lo absurdo del momento, y de lo bien que me sentía, pensaba una y otra vez: -¿Será el fin, estaré muerto? ¿Serán mis estertores los causantes de todo; algo así como una severa hipoxia o francamente anoxia? Y si así fuera, no entiendo por qué Carolin, por qué tan real su belleza; sus movimientos, su conducta, sus ojos, su lengua, sus labios, su estética.
Al final, todo era insonoro, incluso mis pensamientos. -Qué shusha, esto es lejos lo más extraño que me ha sucedido, quisiera saber cómo girar -dijo mudamente mi cerebro. De pronto, todo comenzó a oscurecer hasta quedar sólo un pequeño haz de luz, como de túnel; duró un segundo, y finalmente se fue a negrohrhjdasl djksow jdjeidja. d,dejijajnfe, djeklqae;deiwo ,fhrwoihncje, crkslkjdewqñ.e jreoeiurhf iu82883ehh2upuh huei 234uh fhueiuaiuhfeiw fehSeFuefhdjfjskjdfd, jdi4j4Parafhd7r878fhlasjhNoVolver.
Manuscrito encontrado sobre el cadáver de Mark David Chapman por Pedro Bleiq, un 8 de Marzo de 1981 entre las 11:15 y 11:20 hrs. am.
6 comentarios:
No es llegar y comentar este ahh??... seguiré cachando bien qué es lo que quiero decir aquí. Ya vuelvo.
Sal-U2
Aerr, empecemos por el final (para hacerlo más fácil diría Ismael). Muerte y más muerte, el final me llevó de inmediato a Altazor: desintegración total, lo que es equivalente a un comienzo. Eso me gustó a lot.
La nota a pie de pagina me trajo a Borges a la mente (aunque sabemos que T.O.M. no gusta de sus cuentos). La ficción traída a la realidad del cuento y revuelta nuevamente con la ficción, haciéndolas finalmente indistinguibles.
El comienzo o introducción es relativamente cuerdo, pero tiene tintes bizarros, lo que no esta mal tomando en cuenta lo que viene después (lord!!). Esta introducción le da contexto temporo-espacial-personal al cuerpo principal del escrito, le viene bien.
well....lo del medio es lo del medio mmmm, es como que si me lo pasaran anónimo, diría sin jesitear que lo escribió T.O.M.
Bizarro y sexual, es un poco como plasmar poéticamente esa teoría de que la muerte es la raja.
El punto de la muerte "por espera" de Chapman es casi paradójico diría. ¿Cómo se puede morir por espera? ¿Cómo puede relatar su propia muerte? ¿Where are your mammals?
Finalmente puedo decir que es notable que un cuento tan bizarro, sea inspirado en la teoría de que a Lenón, un isleño, le gustaba NY por ser una isla.
La legendaria suciedad bucal del profesor Vega nunca termina de sacarme risas. Su fama ha llegado hasta los lugares referidos (acaso de manera inverosimil) en sus propios escritos, i.e. NY. Por esos lados se le conocen como Professor "Dirty Mouth" Vega. Y aquellos que pierden su tiempo con elucubraciones metafísicas aseguran q Tom no sería Tom si no tuviera esa boca prodigiosa. Gracias profesor. De una manera torcida e sublime, su vulgaridad nos enriquece la vida.
Pasando al cuento mismo, el análisis del profe Fredes me parece agudo, como de costumbre. La estructura del cuento resalta el leitmotif surrealista de la obra vegaciana, pues contrasta un comienzo relativamente cuerdo y coherente con un desarrollo descabellado y pervertido. Creo, en todo caso, q el recurso funciona para los objetivos del surrealista pues pilla al lector desprevenido y lo lleva a un estado de confusión y aberración sexual inalcanzable en el lector advertido.
Por último, entendiendo q juzgar la obra del Profesor Vega de acuerdo a estándares de coherencia realistas es destruir su encanto, quisiera adherir una pregunta a las q hace el Profesor Fredes respecto del final del manuscrito y la imposibilidad de escribir agonizando (especialmente en el estado de confusión descrito). Por q fornicar el pabellón auditivo es anacrónico? Entendería el uso de "anacrónico" si en alguna época pasada o futura los hombres se regozijaron con tan delicadas prácticas sexuales. Pero yo nunca he escuchado de cultura o época donde se practicará este tipo de sodomía auricular. Me encantaría saber más sobre una época así, si existió.
Una excelente pieza profesor.
Me costo el cuento para que mentir. Lo primero que pensé es que perdimos al Dr. Vega. Pero Fredes me ayudó. Tiene mucho de Altazor y de Borges. Entonces según yo, ¿para adónde se fue Tomás? Para adentro. El protagonista se encuentra con una carta, un cuento adentro del cuento, un espejo para el otro lado. ¿Y qué hay al otro lado? Para saber eso primero el protagonista la olvida, la lava, y por último la hace suya, la transcribe. Y cruza hacia la locura de un muerto, a la iteración eterna que espera algo que no llega. ¿Para qué nos lleva hasta ahí? Supongo que para poder ver el elástico tensarse hasta no poder y cortarse. Y ahí la caída violenta, la cada más veloz combustión hasta quemarlo todo. Pero en la combustión total, en el nirvana final nosotros lo perdemos de vista y dejamos de entenderlo. ¿Qué hay en el corazón de la llama al otro lado del espejo? Supongo que tarea pa’ la casa. Denso y violento con el lector. Me gustó.
Es indudable el guiño Borgeano no sólo del pie de página, sino que también en esa cosa de espejo, de otro lado que se adivina a medida que se lee, gustele o no al Prof. Major Tom.
Respecto a la lectura no obvia del ceunto, me refiero a lo poco user friendly que es, me gustó el cambio de ritmo y de argumento. Se nota que el cuento lo escribió VZ.
Debo confesar que el recurso provocativo del explicit lyrics, no es de mi agrado y lo creo de verdad innecesario; provoca? si, inquieta? si. No confundir por favor con mojigatería o pudor pechoñoso, sin duda carezco de tan abominables atributos.
El relato de la muerte desde la muerte misma es una idea fascinante, aunque sea desde la absoluta esquizofrenia de Chapman y la boca sucia de Vega.
estimados,
Una de las cosas que más me inquieta de este scrito, es la locura total de Chapman. implícitamente, este cabrito jamás se da cuenta q mató a Lennon. eso plantea al menos la posibilidad de la teoría de la conspiración sobre Lennon: el servicio de inteligencia gringo, asustado de la capacidad de influencia sobre las masas de una manera contraria a lo q a ellos les gusta, dedide terminar con la vida de John, para disminuir los problemas. esto lo hace tomando a un loco, llevándolo a una locura mayor aún. a tal punto de convertirlo en uan especie de Zombie, para lograr el objetivo.
interesante teoría, aunque me cuesta sólo un "poco" creerla. sea cierta o no, haya sido como haya sido, Chapman debe haber estado en un estado un tanto perturbado, y quizás "ido" para hacer tamaña locura.
respecto del estilo, estoy consciente de q es una manera q no deja indiferente: o te carga o no te carga. y por lo visto aquí ya se manifesó algo de eso.
un gustazo como siempre, y espero q pa la próxima no nos demoremos tanto en comentar.
pd: no sabía que en NY era conocido como "dirty mouth", me imagino que Minh o alguien por el estilo me debe haber puesto así.
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