miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sigur Ros en NYC

Hace unas horas estuve en el único concierto que Sigur Ros ofreció en Nueva York. Fue una experiencia inolvidable. Fui con una amiga chilena que conocí recientemente a través de otra amiga chilena que conocí recientemente también. La primera se está quedando en casa de la segunda por un par de meses tratando de encontrarse a sí misma—como me confesó antes de entrar al concierto mientras comíamos mofongo y tomabamos cervezas en un restaurant dominicano. Es una persona encantadora que está pasando por un momento difícil pero decidida a pelearla. Nuestra conversación me hizo reflexionar sobre mí mismo. Pensé que hacía tiempo que no estaba al otro lado de la reja: los últimos años han sido difíciles para mí y me había acostumbrado a siempre ser yo el que estaba luchando por salir. Una vez más confirmé el viejo proverbio que cuesta tanto creer cuando uno está debajo de la ola: no hay nada que el tiempo no solucione . . . para bien o para mal.

En este estado emocional nos adentramos en el teatro donde el concierto comenzaría dentro de unos minutos. Había tenido unas semanas muy pesadas así que decidí pegarme unas pestañadas durante los teloneros (el recital era con asientos numerados). Una decisión que resultó ser sabia porque me sentí rejuvenecido cuando Sigur Ros salió al escenario. Además, la música de Sigur Ros es envolvente. Está cuidadosamente diseñada para afectar al ser humano en su fibra más emocional. Fue una experiencia religiosa. Muchas cosas pasaron por mi cabeza durante esas 2 horas. Pensé en la vida y sus vaivenes, en la misteriosa e íntima conexión entre la alegría y la melancolía. Pensé en la vida y la muerte, en el placer y el dolor, como caras opuestas de la misma moneda. Pensé en lo difícil que es ser feliz y, sin embargo, el poco esfuerzo que toma cuando uno lo es. Pensé en mi estudiante sordomuda, su belleza y vitalidad. Pensé que ella no pudiera siquiera imaginar lo que yo estaba viviendo en ese instante. (Pero no sentí lastima por ella porque imaginé que ella también vive el mundo de una manera que yo no puedo siquiera concebir.) Pensé en Tom y su sugerencia de escribir sobre el concierto en este post. Pensé que el hombre es ahora Doctor y su opinión debe ser escuchada.

La vuelta a casa también fue especial—aunque por razones distintas. Curiosamente el teatro quedaba en Washington Heights, un barrio casi exclusivamente dominicano al norte de Manhattan. Sin embargo, en el concierto había casi exclusivamente blancos porque Sigur Ros es un grupo hipster y los hipsters son mayoritariamente blancos. Siendo así las cosas, un par de miles de personas salió del recital y se metió a la única estación de metro cerca del teatro en dirección “downtown,” donde viven los blancos. El metro, que a las 11 pm va normalmente vació, se fue lleno esta vez—pero de puros hipsters. Debe haber sido la mayor concentración de hipsters jamás vista en un tren. Pocas estaciones más allá noté que algunos grupos de histers se sentaban en el suelo como los obliga su filosofía rebelde de las normas sociales. Por un instante esperé que alguien sacara un pito y lo hicieran correr por el vagón. Luego recordé que no estabamos en Chile. Aún así, la idea nos sirvió para aligerar el viaje.

9 comentarios:

noib dijo...

primero q todo debo confesar mi sana envidia hacia el profesor Bulnes, por asistir al concierto de estos loquitos "Hipster"; no cachaba el término, pero luego de una rápida búsqueda en internerd me quedó claro el asunteq.
me gusta el estilo refelxivo reportero del profesor Bulnes; es otra veta no explorada con anterioridad en este pasquín virtual. se parece en algo a lo q gordos d los Simpson hacían; bastaba q algo potente pasara en gringolandia (o en alguna ciudad gringa), y luego de tres meses aparecía aquel fenómeno en el capítulo de estreno.

volviendo a lo del concierto, no me sorprende en lo absoluto lo q puede provocar la música de Sigur Ros; es increíble como son capaces de tocar la hebra emocional sin pedir permiso alguno.

aclaraciones: ¿q es el mofongo?

Matias Bulnes dijo...

El mofongo es una comida caribeña cuyo origen dentro del caribe es motivo de disputa. Es una especia de guiso hecho con plantains verdes. Hay diferentes variedades: con carnes varias, queso, camarones, etc. Es muy rico.

La palabra hipster se usa en slang gringo para referirse a lo q en chile llamaríamos "los alternativos." Al igual q este término, "hipster" es un término un tanto peyorativo porq se mofa del afán demasiado evidente de ser distintos y refinados. Sin embargo, no tengo dudas q yo puedo ser considerado hipster ...y probablemente todos los PCs--no offense.

noib dijo...

eso mismo imaginaba yo (respecto de los PCs hipsters)

Hans dijo...

Yo soy tan hipster que me niego a ser un Pc-hipster!!!
Ya posteare mi comentario...
Un abrazo Hipsters!!

naoko dijo...

Mati!, me agrada mucho el haber compartido una experiencia tan increible como Sigur Ros en vivo contigo, asi como compartir todas esas emociones que despiertan, uno se siente menos solo (porque pertenecer a un grupo hipster (aunque sin saberlo), no ayuda mucho a la soledad si no hay emociones de por medio)
Un abrazo!
Sole.

ffredes dijo...

Guena po hipsters cu.... perdón no pude evitarlo.
Vuelvo reiterar mis disculpas por tercera vez, al respecto de mi demora en los comentarios, y vuelvo decir (no como excusa) que fui llevado por mi mismo a las hermosas playas del norte de la patria.
Profesor bullness, que envidia le tengo por haber asistido a tal evento y además con la guatita llena de mofongo. (nunca lo he comido pero quería mencionarlo).
Es un reporteo muy especial que hace el profe, tiene poco y mucho del concierto. Me gusta el recorrido suave, como si todos los eventos estuvieran dispersos por los mismos espacios temporales. Es intimo y acogedor para el lector, las reflexiones existenciales acercan al ánimo de Matias antes, durante y después del concierto.
Una vuelta de tuerca al reporteo musical.

Abrazos.

pez dijo...

Me gusta el ensayismo realista del Dr. en filosofía isleña Don señor Bulnes. Me gustan harto sus post. Es algo así como la laurie anderson que decidió que su papel de artista es una especie de reporteo anarca y silencioso, para rescatar esos pequeños espacios cotidianos y su magia que pasa casi siempre inadvertida. Pero son esos rincones cuando son apreciados con un punto de vista lúcido y no pretencioso que muestran su verdadero brillo. Este post logra eso. Tiene ese sabor de los buenos conciertos, y conociendo a sigur ross, pero jamás en vivo sólo puedo imaginármelo. Despabilan el alma y es como volver de vacaciones, todo esta igual, pero ligeramente distinto. Porque él que viene distinto es uno y no el mundo. Me gustó el intimismo de toda la narrativa. Las cavilaciones sin resoluciones. El pasearse melancólico por el sentir agridulce de la vida. Y sin darse cuenta toparse con momentos que tienen ese sabor a … irrealidad real porque no se me ocurre un termino apropiado. En resumen lo que quiero decir después de tanto darme vuelta en hueas es que me gusto mucho el post porque transmite eso que no se puede decir en palabras. Y eso sólo lo logran los buenos poemas. Gran post. <><

Hans dijo...

Estimadísimo y siempre bien ponderado Señor Don Profesor Doctor Matías Coolness,
Este reporteo suyo me recordó aquellos que antaño se publicaban en un pasquín (Zona de contacto)que circulaba junto a un diario fascista todos los viernes. No se ofenda oiga, hago la comparación porque de verdad esos relatos honestos, desprejuiciados y sin pretensiones (de algún joven periodista o aspirante a serlo de la época)eran lo único rescatable de aquél abominable ladrillo de papel.
Que agradable fue leer su crónica musico-sentimental Profesor, uno casi puede escuchar a los cabritos esos tocar...(envidia aparte, por supuesto)y además de todo esto, me alegro que haya sido una experiencia digna de vivir, recordar y compartir. Un Abrazo Profesor. Un Abrazo PCs...

PS: Con respecto a la Hipster-idad...sólo tengo que decir que nosotros NO somos hipsters...dado que no usamos los pantalones a la cadera...We are JUST COOL!...HA!

Matias Bulnes dijo...

Concuerdo con Fredy q falto un poco más sobre el recital mismo.

Agradezco los comentarios y entusiasmo de todos.

Cheers PCs,
Matías

PD: Profe Pottstock, yo sí uso los pantalones a la cadera--pero porq se me perdió el cinturón...