Hace un tiempo que vivo en Concepción. La ciudad es chica pero relativamente entretenida. Vivo en un edificio ubicado en el centro de la ciudad. La comunidad es bastante agradable, aunque en realidad no conozco a casi nadie. No he tenido problemas de convivencia he incluso un par de veces me he asombrado de lo tolerante que pueden ser con los carretes. Los conserjes son chistosos, y nos agarraron buena desde el comienzo. Sin embargo, hay un habitante de la comunidad que es desagradable. Incluso algo más que eso. La primera vez que lo enfrenté fue saliendo de la lavandería. El edificio tiene una bastante decente, ubicada en el primer nivel de los estacionamientos. Era de noche. Invierno. Humedad. Soledad. Al salir de la habitación, sumido en mis más profundas divagaciones, el personaje hizo su manifestación. ¡Tuituituituit! El sonido me tomó tan desprevenido, que me asustó como ni mi hermana en sus peores intentos había logrado hacerlo. El corazón casi se me detiene, y debo haber utilizado todo mi vocabulario soez para dejar salir mi frustración y rabia. Desde aquella primera vez no me ha dejado en paz. Cada vez que voy a lavar mi ropa, cumpliendo con lo mínimo de la limpieza moderna, el desgraciado se apronta a asustarme. A veces no esta cuando llegas. Pero al salir de la habitación, justo cuando vas a cerrar la puerta, te ataca. ¡Tuituituituit! Y te caga. Te cagas de susto de nuevo, por la cresta. Otras veces está cuando llegas, por lo que actúas con sigilo. Entras silenciosamente a la lavandería. Mientras pones la ropa en la lavadora, te repites todo el tiempo, no me va a asustar, esta vez no. Al salir, lo haces atento. No pasa nada. Cierras la puerta con calma. Pasas a su lado a una distancia prudente para que no te detecte. Todo bien. Tomas el corredor para salir hacia la puerta, ¡y te caga! ¡Tuituituituit!. Te caga de nuevo y te austas más que la mierda y, además, te da rabia. Puta que da rabia. Y un poco de temor. Es inevitable. No hay forma de evadirlo. ¡Y es un auto! Si. Un puto auto. Y la alarma es su arma. Toyota Corolla, patente XV-2572, año 2006. Estoy convencido de que lo hace a propósito. De que te acecha. No te rías.
El otro día decidí espiarlo. Bajé al estacionamiento, sabiendo que la lavandería sería utilizada, y me agazapé para observar que era lo que ocurría. Él ya estaba ahí. A los pocos minutos llegó una chica joven con un bolso, seguramente con la lavandería de la semana. Entró a la habitación. Nada. Note que al pasar por el lado del vehículo, ella le miro temerosa y se apegó a la pared mientras caminaba. Tal como yo lo hago. Pasó el tiempo, tal vez 15 minutos, y la chica apareció de nuevo. Al cerrar la puerta, se escuchó. ¡Tuituituituit! La pobre muchacha dió un salto asombroso al tiempo que soltaba un grito de pavor. Realmente se asustó. Yo también. Mucho. Pasó por el lado del auto corriendo y llorando y salió del estacionamiento dejando parte de su blanca ropa desparramada en el sucio piso del estacionamiento. Estoy casi seguro de que escuché algo como un pequeño arrullo desde el motor del auto. Desde entonces comenzó a generarme miedo. Ir a lavar la ropa se ha tornado una actividad un tanto incómoda, por decirlo de alguna forma. Bajo receloso, pensando si él va a estar o no. Cuando no está, siento un alivio casi infantil. Cuando está, me pongo muy nervioso, incómodo. Me asusta.
La otra noche volví de comprar y noté que había una ambulancia fuera del edificio, una radiopatrulla, y mucha gente. Al principio no presté demasiada atención, pero luego de que la policía me interrogara antes de dejarme entrar comencé a hacer averiguaciones. Había muerto alguien, una señora mayor. En el estacionamiento. Fuera de la lavandería, para ser más específicos. La había encontrado uno de los conserjes, tirada en el suelo, con su canasta de ropa limpia desparramada a su lado y una extraña mueca en la cara. Paro cardíaco, dijeron los paramédicos. Revisaron la cámara de seguridad, pero lo único que se veía en la pantalla en blanco y negro era la señora salir de la lavandería y soltar la ropa, para luego caer al suelo llevándose la mano al pecho. No hubo testigos. Nadie habló directamente del asunto, pero algunos de los que observamos nos percatamos de dos pequeños destellos que se produjeron justo, pero justo, con la caída de la pobre viejita. Destellos como de luz intermitente. Un escalofrío recorrió mi espalda. Los que estábamos ahí viendo ese video nos miramos consternados y subrepticiamente, como si de mutuo acuerdo asumiéramos no revelar nuestras sospechas a la policía, porque no nos creerían. Él la había asustado a propósito, como a cada uno de nosotros. Yo estaba seguro de eso. La viejita había sido asesinada, asesinada por un asesino metálico y frío, que esperaba sigilosamente cobrar un victima. Sin duda que fue él, lo sé. Todos lo sabemos.
He decidido eliminarlo. Pediré un préstamo y se lo comprare a su dueño, sólo para darme el placer de tirarlo al río, o a la laguna chica de San Pedro. O mejor aún. Lo robaré durante la noche. Justo antes de irme de viaje a Santiago. Puedo esperar oculto hasta que llegue. En ese minuto deberé reducir a su chofer, para quedarme con las llaves y sacarlo del estacionamiento. No debería ser un problema. Nadie debería salir herido. Nadie debe verme. Debo hacerlo, rápido. Antes que se me acabe la ropa limpia. Debo hacerlo hoy.
Titular del diario El Sur. Un mañana cualquiera.
“Joven es encontrado ahogado al interior de automóvil robado que se precipitó al río Bío-Bío. Se presume suicidio.”
7 comentarios:
Y sigue el suspenso en los PCs...
Brillante Prof. Zr... Me recordó la película del auto asesino...que era un escarabajo parece... En fin, buen cuento, entretenido, original de todas maneras, bien escrito. Me gustó el hecho que el narrador sea en primera persona, le da un dejo de realidad sospechosa, de verosimilitud. Creo que hasta el momento Profesor, éste ha sido el que más me ha gustado de su pluma. Un gusto leerlo.
Saludos Pcs
Hans.
wow, q buena historia don Sirkonio. es tan buena que me salen sonrisas al comentar este post. una historia cotidiana q se tranforma en suspenso, pero un suspenso absurdo (notable): el auto asesino, y no hay nada q se pueda hacer para atraparlo. bien escrito, con buen ritmo. buenas atmósferas.
y sí, concuerdo con Hans, es, junto a Tungunska, uno d los q más me ha gustado d su pluma.
un abrazo PCs.
Dr. Sirkonio, que quiere que le diga. Hasta el minuto lo mejor que le he leído. impecable, entretenido. La idea esta erselente y como va tomando ribentes insanos es mejor. se nota que algo de honestidad hay en la historia. tiene todo lo que tiene que tener y el villano es perfecto. Todo funciona y como dice noib, la manera en que se va deformando desde algo cotidiano a la absurdidad casi demencial es notable. me gusto a montones. 10 en el aplausometro señor. la raja que haya sido de terror. salutes
Que bueno que les gustó. Agradezco los comentarios. La historia es evidentemente real, en el comienzo. Mi idea era escribir algo "cómico", como para matizar la crudeza del ultimo post, pero fue inevitable caer en el terror absurdo. A ese auto, lo he puteado mil veces y me ha asustado otras tantas. Creo que se merecía una referencia como villano.
Saludos PCs
Muy buena historia profesor Sirkonio. Concuerdo con las loas anteriores. Es divertido que parta como una situación cotidiana un tanto ridícula (que todos vivimos ocasionalmente) y cuando uno espera una resolución racional se transforma en un relato policial aún más demente. El final tb es muy destacable porq sugiere la verdad de la descabellada premisa q el auto es un agente perverso--pero sin aseverarla a viva voz. Suspenso hasta la última palabra escrita...
Realmente interesante la historia. Me sonó, en una primera lectura, a película ochentera. Sin embargo, en la menudencia del texto encontré un relato entretenido que juega con el suspenso. El final me pareció perfecto.
En general una historia de suspenso que se torna alegre una vez finalizada la lectura.
Saludos
Rod.. casi me morí de la risa, el cuento está muy entretenido y además te imagino perfecto puteando al auto cuando te asustaba... sólo por eso me decidí al comentar y dejar al descubierto mi lectura permanente de este blog
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