viernes, 25 de diciembre de 2009

Ella se está moviendo para estar quieta, está corriendo para sentirse quieta -escuchó Frankfurt Romer decir.

Su cámara colgaba del cuello, pero no la sentía. El Leica Summarit-S 70mm apuntaba hacia el piso. El ambiente estaba húmedo y un poco oscuro. En la espera, Romer recordaba lo que le pagarían: ochenta y tres mil quetzales por una fotografía de esa mujer. Nada mal para ser un trabajo en Centro América.
De pronto sintió un fusil acercase lentamente sobre su nuca.

No voltees -gritó una voz dulce.

Levántate cuidadosamente -dijo con sutileza-. Ahora suelta la cámara lentamente y colócala sobre el piso.

No tengo dinero -contestó con firmeza.

No me interesa el dinero. Ahora cállate y haz lo que te digo.

Justo en ese instante la luz vespertina había comenzado a ingresar de manera tangencial, iluminando la pieza de un modo sublime. Y casi como en un acto reflejo e inducido por este fenómeno natural, Frankfurt volteó, y fue entonces cuando la divisó: era hermosa y joven; su pelo de color negro resplandecía, y sus ojos azules opacaban la luz incidente. Era ella, sin lugar a dudas (Su corazón se alteró y su verga inesperadamente no se irguió).

Dime qué quieres. Dime qué buscas o te mato -dijo mientras apuntaba sobre la nuca de él.

Romer no respondió, mas sigilosamente introdujo su mano en la faltriquera lateral tanteando hasta que lo encontró: el remoto. La cámara, por suerte, había quedado apuntando al blanco. De pronto se escucharon unas ráfagas en el exterior. Fue en ese preciso instante cuando Frankfurt disparó sin titubear (Ella no alcanzó a percatarse o fingió no hacerlo).
Luego de ese momento sustancial, el fusil pareció alejarse. Unos segundos después, Romer sintió una brisa, volteó y percatose que ella ya no estaba. Entonces levantó su cámara, y se marchó en la dirección contraria.


3 comentarios:

Sirkonio dijo...

Pulento.....acá, creo, tenemos algo plenamente transformable a viñetas. Excelente la descripción del escenario. Desesperantemente corto. Como en formato "tira cómica" de diario, pero pulenta.
Saludos

noib dijo...

muchas gracias por su comentario don Sirkonio. la verdad es que este, pienso, es el comienzo de un personaje, fotógrafo por cierto. me gusta la desesperación del flash momentaneo muy bien observado por vuestra merced.
saludos profesor

pez dijo...

El disparo poetico versus el disparo violento. Mas que un cuento es un acto fotográfico. A mi parecer, el cuento no narra nada mas que la esencia neta de un fotografo, capturar el momento mas alla de cualquier cosa. Supongo que lo que se transluce en su cuento es su vision fotografica de la muerte donde el congelar el momento es morir pero a la vez evitar la muerte. un cuento mas relevante en sus silencios que en sus dialogos y esencialmente visual. Creo que le dio a una buena veta profesor tomas vega. bien hecho. salutes