El aeropuerto parece vacío, la gente pulula como cucarachas asustadas por la luz, imagino que pasan de un lado a otro sin dirección, me parece incluso que toda la gente es la misma; entro en el baño y echo una meada, me lavo la cara y me sorprendo de mi estúpida soberbia, y claro, como no me di cuenta antes: estoy deprimido.
El “shuttle” del hotel venía casi vacío, un silencio espeso -la miré cuando partimos- y sentí como la nostalgia reemplazaba violentamente mi cansancio; pensé en hablarle al chofer pero mi sensación de desgano fue más poderosa, para qué? Sólo había que dejar la nostalgia fluir, esa es la única manera de reestablecer el equilibrio. Pero el cauce no debe desbordarse, incontenible, para qué desperdiciar toda esa energía?
La cena final, 6 cervezas por lo menos, dos mujeres, me pregunté si mi destino realmente sería quedarme solo en este desierto de gente, al final me decidí a sacarla a bailar y en efecto, bailamos. Nada sucedió, aparte de que yo me casé con ella fuimos de viaje a China en bicicleta, tuvimos una casa en el Cajón del Maipo, leímos al abrigo de la chimenea en silencio…en dos minutos, se terminó la canción… solo, más cerveza.
El bote de pedales en un lago artificial en la mitad del desierto, pedaleamos sin hablar por un rato, no había ni una sola nube y el sol omnipotente, desnudo en la mitad del invierno; la música que suena en el fondo “My way”. Domingo, niños, enamorados, familias por doquier, nos alejamos de la orilla lentamente, fue casi un adiós pero yo ni siquiera lo noté; Nunca la besé, pedaleé un rato hasta el puente, hacia la sombra refrescante, paré el bote y observamos unos nidos de barro -hechos por alguna clase de pájaro- dije yo-, obviamente, porque no creo que sean de peces -dijo ella-; reímos, callamos, y sentí mucha paz.
El bote se mecía y yo me sentía indescriptiblemente a gusto, felicidad? Mientras hablábamos sobre dicho concepto parecía que yo estaba lleno del mismo y a la vez dudando de la posibilidad de su existencia y si es lo mismo que sentir paz ó si estar triste es lo mismo que la nostalgia y si era posible de alguna manera estar triste y en paz al mismo tiempo, en ese caso sentirse en paz no era lo mismo que estar feliz…la miré y me sentí feliz.
El “shuttle” del hotel venía casi vacío, un silencio espeso -la miré cuando partimos- y sentí como la nostalgia reemplazaba violentamente mi cansancio; pensé en hablarle al chofer pero mi sensación de desgano fue más poderosa, para qué? Sólo había que dejar la nostalgia fluir, esa es la única manera de reestablecer el equilibrio. Pero el cauce no debe desbordarse, incontenible, para qué desperdiciar toda esa energía?
La cena final, 6 cervezas por lo menos, dos mujeres, me pregunté si mi destino realmente sería quedarme solo en este desierto de gente, al final me decidí a sacarla a bailar y en efecto, bailamos. Nada sucedió, aparte de que yo me casé con ella fuimos de viaje a China en bicicleta, tuvimos una casa en el Cajón del Maipo, leímos al abrigo de la chimenea en silencio…en dos minutos, se terminó la canción… solo, más cerveza.
El bote de pedales en un lago artificial en la mitad del desierto, pedaleamos sin hablar por un rato, no había ni una sola nube y el sol omnipotente, desnudo en la mitad del invierno; la música que suena en el fondo “My way”. Domingo, niños, enamorados, familias por doquier, nos alejamos de la orilla lentamente, fue casi un adiós pero yo ni siquiera lo noté; Nunca la besé, pedaleé un rato hasta el puente, hacia la sombra refrescante, paré el bote y observamos unos nidos de barro -hechos por alguna clase de pájaro- dije yo-, obviamente, porque no creo que sean de peces -dijo ella-; reímos, callamos, y sentí mucha paz.
El bote se mecía y yo me sentía indescriptiblemente a gusto, felicidad? Mientras hablábamos sobre dicho concepto parecía que yo estaba lleno del mismo y a la vez dudando de la posibilidad de su existencia y si es lo mismo que sentir paz ó si estar triste es lo mismo que la nostalgia y si era posible de alguna manera estar triste y en paz al mismo tiempo, en ese caso sentirse en paz no era lo mismo que estar feliz…la miré y me sentí feliz.
13 de febrero 2006.

7 comentarios:
Sólo un poco tarde...escurridizo señor ffredes..como la felicidad de tu cuento...o la paz?....quedé con sabor a invierno y con la nostalgia de no saber si alguna vez fui o seré feliz.
Has sembrado duda con tu narración, mi querido amigo Fredes, me situaste a orillas de mi sentir y has logrado hacer que medite, silencioso y un poco triste, ya que en tus palabras están fieramente entretejidas la melancolía y el dolor de buscar (por pensar que no se tiene a mano) la felicidad. Hoy será un día especial……lo se….
La felicidad es ciertamente un concepto resbaladizo. Tengo la impresión que la idea de felicidad como estado de paz anda por ahí en la literatura.
Como sea, el posting me pareció muy sensible, motivó en mí reflexiones y me dio una sensación general de paz (si no de felicidad). Quisiera saber si está basado en la realidad y quiénes son los personajes.
En fin, una cosa simpática sobre la felicidad es que nos importa menos en sí misma que el orgullo. En otras palabras, uno no quiere ser feliz por serlo sino para que los demás no nos tengan lástima por infelices.
En efecto todos los acontecimientos y personajes son reales (yo soy el protagonista), pero es una larga historia para relatarla en un comentario.
Pero veo que logré mi objetivo; al menos dar un comienzo para preguntarnos y hurgar por ahí que se ha dicho de la felicidad y como se nos escapa de las manos cuando nos damos cuenta (o creemos) poseerla.
lo del orgullo me parece que es circunstancial, por que cuando estas solo no hay nadie a quien demostrarle nada; en esos momentos estar feliz es mas importante que el orgullo.
Además la externalización de la felicidad puede ser muy traicionera, de hecho, uno puede engañar a gente que no te conoce y representar un estado feliz, pero detrás del telón tu sabes que estas triste y no quieres dar lastima para no aburrir al resto, pero lo que importa realmente es que estas triste.
diría que la feliz y dad, no está simplemente en lo crónico, eso es obvio. diría tb que lo triste tiende a lo crónico ó es más probable. diría que el orgullo, es sin duda algo crónico. diría que la sensibilidad del señor fredes es bastante sensible. diría que el orgullo del señor bulnes es orgulloso. diría que la feliz y dad, la tristeza, el orgullo es tema, aquí en los pCs. bienvenidos a la psicología postcolombina.
jajaja.... la sabiduría salomónica y redundante del profesor Vega tiene harto de cierta. Porque es cierto lo q dice fredy q el orgullo no es lo único y compatible con lo q digo yo de q es una parte. Pero hablando de psicología postcolombina, yo tengo mis dudas q la felicidad sea un estado psicológico (o neuronal) particular. Más bien, me suena como un terminó evalutivo de períodos de la vida. E.g. léase "esos años de mi niñez fui feliz" como "esos años fueron buenos (comparado a los otros)". Talvez lo más cercano a un estado psicológico de felicidad sea cuando uno está enamorado de una mina hasta las patas y descubre q la mina lo pesca. Pero eso podría euforia.
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